Credo Cantado

jueves, 23 de mayo de 2013

martes, 22 de enero de 2013

Decreto Con el que se concede Indulgencias con ocación del Año de la Fe


PENITENCIARÍA APOSTÓLICA
URBIS ET ORBIS
D E C R E T O
Se enriquecen del don de Sagradas Indulgencias
particulares ejercicios de piedad durante el Año de la fe

En el día del quincuagésimo aniversario de la solemne apertura del Concilio Ecuménico Vaticano II, al que el beato Juan XXIII «había asignado como tarea principal custodiar y explicar mejor el precioso depósito de la doctrina cristiana, para hacerlo más accesible a los fieles de Cristo y a todos los hombres de buena voluntad» (Juan Pablo II, Const. Ap. Fidei Depositum, 11 de octubre de 1992: AAS 86 [1994] 113), el Sumo Pontífice Benedicto XVI ha establecido el inicio de un Año particularmente dedicado a la profesión de la verdadera fe y a su recta interpretación, con la lectura, o mejor, la pía meditación de los Actos del Concilio y de los Artículos del Catecismo de la Iglesia Católica, publicado por el beato Juan Pablo II, a los treinta años del inicio del Concilio, con la intención precisa de «lograr de los fieles una mayor adhesión a ello y difundir su conocimiento y aplicación» (ibid., 114).
Ya en el año del Señor 1967, para hacer memoria del décimo noveno centenario del martirio de los Apóstoles Pedro y Pablo, parecido Año de la fe convocó el Siervo de Dios Pablo VI, «la Profesión de fe del Pueblo de Dios, para testimoniar cómo los contenidos esenciales que desde siglos constituyen el patrimonio de todos los creyentes tienen necesidad de ser confirmados, comprendidos y profundizados de manera siempre nueva, con el fin de dar un testimonio coherente en condiciones históricas distintas a las del pasado» (Benedicto XVI, Carta Ap. Porta Fidei, n. 4).
En este tiempo nuestro de profundísimos cambios, a los que la humanidad está sometida, el Santo Padre Benedicto XVI, con la convocatoria de este segundo Año de la fe, tiene la intención de invitar al Pueblo de Dios del que es Pastor universal, así como a los hermanos obispos de todo el orbe, a fin de que «se unan al Sucesor de Pedro en el tiempo de gracia espiritual que el Señor nos ofrece para rememorar el don precioso de la fe» (ibid., n. 8).
Se dará a todos los fieles «la oportunidad de confesar la fe en el Señor Resucitado en nuestras catedrales e iglesias de todo el mundo; en nuestras casas y con nuestras familias, para que cada uno sienta con fuerza la exigencia de conocer y transmitir mejor a las generaciones futuras la fe de siempre. En este Año, las comunidades religiosas, así como las parroquiales, y todas las realidades eclesiales antiguas y nuevas, encontrarán la manera de profesar públicamente el Credo» (ibid.).
Además todos los fieles, singular y comunitariamente, serán llamados a dar abierto testimonio de la propia fe ante los demás en las circunstancias peculiares de la vida cotidiana: «la misma naturaleza social del hombre exige que éste manifieste externamente los actos internos de religión, que se comunique con otros en materia religiosa, que profese su religión de forma comunitaria» (Decl.Dignitatis humanae, 7 de diciembre de 1965: AAS 58 [1966], 932).
Dado que se trata ante todo de desarrollar en sumo grado —por cuanto sea posible en esta tierra— la santidad de vida y de obtener, por lo tanto, en el grado más alto la pureza del alma, será muy útil el gran don de las Indulgencias, que la Iglesia, en virtud del poder que le ha conferido Cristo, ofrece a todos aquellos que, con las debidas disposiciones, cumplan las prescripciones especiales para lucrarlas. «Con la Indulgencia —enseñaba Pablo VI— la Iglesia, valiéndose de su potestad como ministra de la Redención obrada por Cristo Señor, comunica a los fieles la participación de esta plenitud de Cristo en la comunión de los Santos, proporcionándoles en medida amplísima los medios para alcanzar la salvación» (Carta Ap. Apostolorum Limina, 23 de mayo de 1974: AAS 66 [1974] 289). Así se manifiesta el «tesoro de la Iglesia», del que constituyen «un acrecentamiento ulterior también los méritos de la Santísima Madre de Dios y de todos los elegidos, desde el primer justo al último» (Clemente VI, Bula Unigenitus Dei Filius, 27 de enero de 1343).
La Penitenciaría Apostólica, que tiene el oficio de regular cuanto concierne a la concesión y al uso de las Indulgencias, y de estimular el ánimo de los fieles a concebir y alimentar rectamente el piadoso deseo de obtenerlas, solicitada por el Consejo Pontificio para la Promoción de la Nueva Evangelización, en atenta consideración de la Nota con indicaciones pastorales para el Año de la fe de la Congregación para la Doctrina de la Fe, a fin de obtener el don de las Indulgencias durante el Año de la fe, ha establecido las siguientes disposiciones, emitidas en conformidad con el pensamiento del Augusto Pontífice, a fin de que los fieles estén más estimulados al conocimiento y al amor de la Doctrina de la Iglesia Católica y de ella obtengan frutos espirituales más abundantes.
Durante el Año de la fe entero, convocado desde el 11 de octubre de 2012 hasta todo el 24 de noviembre de 2013, podrán lucrar la Indulgencia plenaria de la pena temporal por los propios pecados impartida por la misericordia de Dios, aplicable en sufragio de las almas de los fieles difuntos, todos los fieles verdaderamente arrepentidos, que se hayan confesado debidamente, que hayan comulgado sacramentalmente y que oren según las intenciones del Sumo Pontífice:
a.- cada vez que participen en al menos tres momentos de predicación durante las Sagradas Misiones o al menos en tres lecciones sobre los Actos del Concilio Vaticano II y sobre los Artículos del Catecismo de la Iglesia católica en cualquier iglesia o lugar idóneo;
b.- cada vez que visiten en peregrinación una Basílica Papal, una catacumba cristiana, una Iglesia Catedral, un lugar sagrado designado por el Ordinario del lugar para el Año de la fe (por ejemplo las Basílicas Menores y los Santuarios dedicados a las Santísima Virgen María, a los Santos Apóstoles y a los Santos Patronos) y allí participen en alguna celebración sagrada o, al menos, se detengan en un tiempo de recogimiento con piadosas meditaciones, concluyendo con el rezo del Padre Nuestro, la Profesión de Fe en cualquier forma legítima, las invocaciones a la Santísima Virgen María y, según el caso, a los Santos Apóstoles o Patronos;
c.- cada vez que, en los días determinados por el Ordinario del lugar para el Año de la fe (por ejemplo en las solemnidades del Señor, de la Santísima Virgen María, en las fiestas de los Santos Apóstoles y Patronos, en la Cátedra de San Pedro), participen en cualquier lugar sagrado en una solemne celebración eucarística o en la liturgia de las horas, añadiendo la Profesión de Fe en cualquier forma legítima;
d.- un día libremente elegido, durante el Año de la fe, para la piadosa visita del baptisterio u otro lugar donde recibieron el sacramento del Bautismo, si renuevan las promesas bautismales en cualquier forma legítima.
Los obispos diocesanos o eparquiales y los que están equiparados a ellos por derecho, en los días oportunos de este tiempo, con ocasión de la principal celebración (por ejemplo, el 24 de noviembre de 2013, en la solemnidad de Jesucristo Rey del Universo, con la que concluirá el Año de la fe) podrán impartir la Bendición Papal con la Indulgencia plenaria, lucrable por parte de todos los fieles que reciban tal Bendición con devoción.
Los fieles verdaderamente arrepentidos que no puedan participar en las solemnes celebraciones por graves motivos (como todas las monjas que viven en los monasterios de clausura perpetua, los anacoretas y los ermitaños, los encarcelados, los ancianos, los enfermos, así como quienes, en hospitales u otros lugares de cuidados, prestan servicio continuo a los enfermos...), lucrarán laIndulgencia plenaria, con las mismas condiciones, si, unidos con el espíritu y el pensamiento a los fieles presentes, particularmente en los momentos en que las palabras del Sumo Pontífice o de los obispos diocesanos se transmitan por televisión y radio, recitan en su propia casa o allí donde el impedimento les retiene (por ejemplo en la capilla del monasterio, del hospital, de la estructura sanitaria, de la cárcel...) el Padrenuestro, la Profesión de Fe en cualquier forma legítima, y otras oraciones conforme a las finalidades del Año de la fe, ofreciendo sus sufrimientos o los malestares de la propia vida.
Para que el acceso al sacramento de la Penitencia y a la consecución del perdón divino a través del poder de la Llaves se facilite pastoralmente, los Ordinarios del lugar están invitados a conceder a los canónigos y a los sacerdotes que, en las Catedrales y en las Iglesias designadas para el Año de la fe, puedan oír las confesiones de los fieles, las facultades limitadamente al fuero interno, en cuanto —para los fieles de las Iglesias orientales— al can. 728, § 2 del CCEO, y en el caso de una eventual reserva, las del can. 727, excluidos, como es evidente, los casos considerados en el canon 728, § 1; para los fieles de la Iglesia latina, las facultades del can. 508, § 1 del CIC.
Los confesores, tras advertir a los fieles de la gravedad de pecados a los que se vincula una reserva o una censura, determinarán apropiadas penitencias sacramentales, tales para conducirles lo más posible a una contrición estable y, según la naturaleza de los casos, para imponerles la reparación de eventuales escándalos y daños.
La Penitenciaría finalmente invita ardientemente a los excelentísimos obispos, como poseedores del triple munus de enseñar, gobernar y santificar, a la solicitud en la explicación clara de los principios y las disposiciones que aquí se proponen para la santificación de los fieles, teniendo en cuenta de modo particular las circunstancias de lugar, cultura y tradiciones. Una catequesis adecuada a la índole de cada pueblo podrá proponer más claramente y con mayor vivacidad a la inteligencia y arraigar más firme y profundamente en los corazones el deseo de este don único, obtenido en virtud de la mediación de la Iglesia.
El presente Decreto tiene validez únicamente para el Año de la fe. No obstante cualquier disposición en contra.
Dado en Roma, en la Sede de la Penitenciaría Apostólica, el 14 de septiembre de 2012, en la Exaltación de la Santa Cruz
Manuel card. Monteiro de Castro
Penitenciario Mayor
mons. Krzysztof Nykiel
Regente

lunes, 29 de octubre de 2012

Las 58 proposiciones que los padres sinodales han enviado a Benedicto XVI


LISTA FINAL DE Proposiciones

Introducción
Proposición 1: La documentación presentada al Santo Padre
Además de toda la documentación sobre la nueva evangelización para la transmisión de la fe cristiana en relación con este sínodo, presentado al Santo Padre por su cuenta, es decir, Lineamenta, el Instrumentum laboris, la Relatio ante disceptationem, la Relatio post disceptationem, las presentaciones, ambos administrados en la sala sinodal y los de scriptis, el Mensaje al Pueblo de Dios, los Informes de los Grupos pequeños y sus discusiones, los Padres sinodales han dado una cierta importancia a las proposiciones siguientes.
Los Padres sinodales piden humildemente también el Santo Padre a considerar la oportunidad de emitir un documento sobre la transmisión de la fe cristiana a través de una nueva evangelización.
Proposición 2: SÍNODO EXPRESA SU AGRADECIMIENTO
Los Padres sinodales reconocen con gratitud el patrimonio de la enseñanza papal, a menudo enriquecer los frutos de anteriores asambleas sinodales, es fundamental para el trabajo durante las sesiones del Sínodo para la Nueva Evangelización para la transmisión de la fe cristiana. Las reflexiones del Sínodo de recurrir a documentos como Evangelii nuntiandi de Pablo VI, Catechesi Tradendae, Redemptoris missio y Novo millennio ineunte del Beato Juan Pablo II y Deus caritas est, Sacramentum caritatis y Verbum Domini del Papa Benedicto XVI. El ejemplo más reciente de esta guía es el Año de la fe, proclamado por el Santo Padre al inicio de este Sínodo. Para este ministerio profético le estamos muy agradecidos.
Proposición 3: Iglesias Orientales Católicas
The Oriental Iglesias católicas sui iuris, que se deja iluminar por la tradición que se ha transmitido desde los Apóstoles a través de los Padres, son patrimonio de toda la Iglesia de Cristo (cf. Orientalium Ecclesiarum, 2, Codex Canonum Orientalium Ecclesiarum, 39). Estas iglesias son parte de la herencia apostólica a través del cual se llevaron la Buena Noticia a tierras lejanas (cf. Ecclesia in Medio Oriente, 88).
Ellos están agradecidos por la posibilidad que se les ofrece para llevar a cabo sus deberes pastorales a sus fieles migrantes en los países con tradiciones de la Iglesia Latina. También esperan que la tradición podría ser más plenamente conocido y respetado entre los fieles y el clero de las Iglesias particulares de todo el mundo.
1) La naturaleza de la Nueva Evangelización
Proposición 4: LA SANTA TRINIDAD FUENTE DE LA NUEVA EVANGELIZACIÓN
La Iglesia y su misión evangelizadora tiene su origen y fuente en la Santísima Trinidad, de acuerdo con el plan del Padre, la obra del Hijo, que culminó con su muerte y gloriosa resurrección, y la misión del Espíritu Santo. La Iglesia continúa esta misión de amor de Dios en nuestro mundo.
La evangelización tiene que ser entendido en un sentido amplio y profundo teológico-doctrinal marco como una actividad de la palabra y de los sacramentos que, sobre todo a través de la Eucaristía, nos admite a la participación en la vida de la Trinidad, y esto, entonces despierta a través de la gracia del Espíritu Santo el poder de evangelizar y dar testimonio de la Palabra de Dios con entusiasmo y coraje.
La Nueva Evangelización reconoce la primacía de la gracia de Dios y cómo en el bautismo se viene a vivir en Cristo. Este énfasis en la filiación divina debe traer los bautizados a una vida de fe que manifiesta claramente su identidad cristiana en todos los aspectos de su actividad personal.
Proposición 5: LA NUEVA EVANGELIZACIÓN Y INCULTURACIÓN
Jesús nos ofrece el don del Espíritu Santo y nos revela el amor del Padre.
La Nueva Evangelización es un tiempo de despertar, de nuevo aliento y nuevo testigo de que Jesucristo es el centro de nuestra fe y de la vida diaria. Hace un llamamiento a todos los miembros de la Iglesia a una renovación de la fe y un esfuerzo real que compartirlo.
También es necesario discernir los signos de los tiempos en el mundo que afecta el ministerio de la Iglesia y en las diversas Iglesias particulares en sus territorios propios. Entre estas señales que uno tiene que reconocer sin duda una conciencia cada vez mayor de personas a las circunstancias cambiantes de la vida actual.
Además, llama a la iglesia a alcanzar a aquellos que están lejos de Dios y la comunidad cristiana para invitarlos a escuchar una vez más la Palabra de Dios para encontrar al Señor Jesús de una manera nueva y profunda.
La nueva evangelización exige una atención particular a la inculturación de la fe que puede transmitir el Evangelio en su capacidad de valorar lo que hay de positivo en todas las culturas, al mismo tiempo, purificarla de elementos que son contrarias a la plena realización de la persona de acuerdo al diseño de Dios revelado en Cristo. La inculturación implica el esfuerzo para que el Evangelio se encarne en la cultura de cada pueblo »(Catecismo, 854).
Proposición 6: PROCLAMACIÓN DEL EVANGELIO
Dios, nuestro Salvador, quiere que todos sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad (cf. 1 Tm 2, 4). Puesto que la Iglesia cree en este plan divino de la salvación universal que debe ser misionera (cf. Evangelii nuntiandi, 14, CCC, 851). Ella también sabe que "aquellos que también pueden alcanzar la salvación que, sin culpa propia no conocen el Evangelio de Cristo y su Iglesia, pero buscan sinceramente a Dios y movido por la gracia de luchar por sus obras para que hagáis su voluntad, ya que se sabe que a través de los dictados de la conciencia. "(Lumen gentium, 16). El Evangelio de Jesucristo es la proclamación de su vida y del misterio pascual de la pasión, muerte, resurrección y glorificación.
El Concilio nos recuerda, sin embargo, que la evangelización es necesaria para la salvación de todos, ya que "Sin embargo, con frecuencia los hombres, engañados por el Maligno, se hicieron necios en sus razonamientos y trocaron la verdad de Dios por la mentira, sirviendo a las criaturas antes que el Creador (cf. Rm 1, 21, 25). O hay algunos que, viviendo y muriendo en este mundo sin Dios, están expuestos a la desesperación final. Por tanto, para promover la gloria de Dios y procurar la salvación de todo esto, y teniendo en cuenta el mandato del Señor: "Predicad el Evangelio a toda criatura" (Mc 16:15), la Iglesia promueve las misiones con cuidado y atención " (Lumen gentium, 16).
Proposición 7: Nueva Evangelización como una dimensión permanente MISIONERA DE LA IGLESIA
Se propone que la Iglesia proclame la permanente mundial dimensión misionera de su misión con el fin de alentar a todas las Iglesias particulares para evangelizar.
Evangelización se puede entender en tres aspectos. En primer lugar, la evangelización ad gentes es el anuncio del Evangelio a aquellos que no conocen a Jesucristo. En segundo lugar, también incluye el continuo crecimiento en la fe que es la vida ordinaria de la Iglesia. Por último, la nueva evangelización se dirige especialmente a aquellos que se han alejado de la Iglesia.
De este modo, todas las Iglesias particulares se animará a valorar e integrar todos sus diversos agentes y capacidades. Al mismo tiempo, cada Iglesia particular debe tener la libertad para evangelizar de acuerdo con sus propios rasgos y tradiciones, siempre en armonía con la Conferencia Episcopal de uso »o el Sínodo de la Iglesia Católica Oriental. Dicha misión en todo el mundo responderá a la acción del Espíritu Santo, como en un nuevo Pentecostés, a través de una convocatoria realizada por el Romano Pontífice, que invita a todos los fieles a visitar a todas las familias y llevar la vida de Cristo a todas las situaciones humanas.
Proposición 8: TESTIMONIO en un mundo secularizado
Somos cristianos que viven en un mundo secularizado. Mientras que el mundo es y sigue siendo la creación de Dios, la secularización se inscribe en el ámbito de la cultura humana. Como cristianos no podemos permanecer indiferentes ante el proceso de secularización. En efecto, estamos en una situación similar a la de los primeros cristianos y, como tal, debería ver esto tanto como un reto y una posibilidad. Vivimos en este mundo, pero no son de este mundo (cf. Jn 15:19; 17:11, 16). El mundo es creación de Dios y manifiesta su amor. En ya través de Jesucristo podemos recibir la salvación de Dios y son capaces de discernir el progreso de su creación. Jesús nos abre las puertas para nosotros de nuevo para que, sin temor, que puede abrazar con amor las heridas de la Iglesia y del mundo (cf. Benedicto XVI).
En nuestra época actual, que se manifiesta aspectos más difíciles que en el pasado, incluso si somos como "el pequeño rebaño" (Lc 12:32), damos testimonio del mensaje evangélico de salvación y nosotros estamos llamados a ser sal y luz del un nuevo mundo (cf. Mt 5:13-16).
Proposición 9: NUEVA EVANGELIZACIÓN Y LA PROCLAMACIÓN INICIAL
El fundamento de toda proclamación inicial, la dimensión kerigmática, la Buena Nueva, hace prominente el anuncio explícito de la salvación. "Porque yo os entregué en primer lugar lo mismo que recibí: que Cristo murió por nuestros pecados, según las Escrituras;
y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día según las Escrituras, y que apareció a Cefas, y después a los doce "(1 Cor 15:3-5).
El "primer anuncio" es donde el kerigma, el mensaje de la salvación del misterio pascual de Jesucristo, es proclamado con gran poder espiritual hasta el punto de provocar el arrepentimiento del pecado, la conversión de los corazones y una decisión de fe. Al mismo tiempo, tiene que haber continuidad entre el primer anuncio y la catequesis que nos instruye en el depósito de la fe.
Consideramos que es necesario que exista un Plan Pastoral de primer anuncio, la enseñanza de un encuentro vivo con Jesucristo. Este documento pastoral proporcionaría los primeros elementos para el proceso catequético, lo que permite su inserción en la vida de las comunidades parroquiales.
Los Padres sinodales proponen que las directrices de la primer anuncio del kerigma ser escrito. Este compendio se incluyen:
- La enseñanza sistemática sobre el kerigma en la Escritura y en la Tradición de la Iglesia Católica;
- Enseñanzas y citas de los santos misioneros y mártires de nuestra historia católica que nos ayuden en nuestros desafíos pastorales de hoy, y
- Cualidades y directrices para la formación de evangelizadores católicos hoy.
Proposición 10: DERECHO A PROCLAMAR Y ESCUCHAR AL EVANGELIO
Proclamar la Buena Nueva y la persona de Jesús es una obligación de cada cristiano, fundado en el Evangelio: «Id, pues, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del el Espíritu Santo "(Mt 28, 19).
Al mismo tiempo, es un derecho inalienable de cada persona, cualquiera que sea la propia religión o falta de religión, para ser capaz de conocer a Jesucristo y al Evangelio. Esta proclama, dada con integridad, se debe ofrecer con un total respeto por cada persona, sin ningún tipo de proselitismo.
Proposición 11: Nueva Evangelización y la lectura orante de la Sagrada Escritura
Dios se ha comunicado a nosotros en su Palabra hecha carne. Esta Palabra divina, escuchado y celebrado en la liturgia de la Iglesia, especialmente en la Eucaristía, fortalece interiormente a los fieles y los hace capaces de auténtico testimonio evangélico en la vida diaria. Los Padres sinodales desean que la palabra divina "ser cada vez más plenamente en el corazón de toda actividad eclesial" (Verbum Domini, 1).
La puerta a la Sagrada Escritura debe estar abierta a todos los creyentes. En el contexto de la Nueva Evangelización todas las oportunidades para el estudio de la Sagrada Escritura debe estar disponible. La Escritura debe estar presente en las homilías, catequesis y todos los esfuerzos para transmitir la fe.
En consideración a la necesidad de familiaridad con la Palabra de Dios para la nueva evangelización y para el crecimiento espiritual de los fieles, el Sínodo anima a las diócesis, parroquias, pequeñas comunidades cristianas para continuar con el estudio serio de la Biblia y la Lectio Divina, el - la oración la lectura de las Escrituras (cf. Dei Verbum, 21-22).
Proposición 12: Documentos del Concilio Vaticano II
Los Padres sinodales reconocen la enseñanza del Concilio Vaticano II como un instrumento vital para la transmisión de la fe en el contexto de la Nueva Evangelización. Al mismo tiempo, consideran que los documentos del Consejo deberán estar correctamente leído e interpretado. Por lo tanto, desean manifestar su adhesión a la idea de que nuestro Santo Padre, el Papa Benedicto XVI, quien ha indicado que el principio hermenéutico de la reforma en continuidad con el fin de ser capaz de descubrir en estos textos el auténtico espíritu del Concilio. "No es la" hermenéutica de la reforma ", de la renovación dentro de la continuidad del único sujeto-Iglesia, que el Señor nos ha dado a nosotros. Ella es un sujeto que crece en el tiempo y se desarrolla, pero permaneciendo siempre el mismo, único sujeto del pueblo de Dios en camino. [...] Sin embargo, donde esta interpretación guiado la recepción del Concilio, nueva vida y han madurado nuevos frutos "(Benedicto XVI, Discurso a la Curia romana, 22 de diciembre de 2005). De esta manera será posible dar respuesta a la necesidad de renovación que requiere el mundo moderno y, al mismo tiempo, fielmente preservar la identidad de la naturaleza de la Iglesia y su misión.
2) El contexto actual Ministerio de la Iglesia
Proposición 13: DESAFÍOS DE NUESTRO TIEMPO
La proclamación de las buenas nuevas en contextos diferentes del mundo - marcado por los procesos de globalización y la secularización - lugares diferentes desafíos a la Iglesia: a veces en una persecución religiosa absoluta, en otros momentos de una indiferencia generalizada, la injerencia, restricción o acoso .
El Evangelio nos ofrece una visión de la vida y del mundo que no se puede imponer, pero sólo se propone, como la buena noticia del amor gratuito de Dios y de la paz. El mensaje de la verdad y de la belleza puede ayudar a las personas a escapar de la soledad y la falta de sentido a que las condiciones de la sociedad posmoderna relegarlos a menudo.
Por lo tanto, los creyentes deben esforzarse por mostrar al mundo el esplendor de una humanidad basada en el misterio de Cristo. La religiosidad popular es importante pero no suficiente, se necesita más para ayudar a reconocer el deber de anunciar al mundo la razón de la esperanza cristiana, a los católicos alejados de la Iglesia, a los que no siguen a Cristo, a las sectas y los que experimentan con diferentes tipos de espiritualidades.
Proposición 14: LA NUEVA EVANGELIZACIÓN Y LA RECONCILIACIÓN
En un mundo que está roto por las guerras y la violencia, un mundo herido por un individualismo generalizado que separa a los seres humanos entre sí, y enfrenta uno contra el otro, la Iglesia debe ejercer su ministerio de reconciliación de una manera tranquila y decidida. La Iglesia en el espíritu de la Nueva Evangelización emprende la tarea de la reconciliación. Fiel al mensaje de Jesús, ("... se ha derribado el muro que los separaba, la enemistad" Ef 2:14), la Iglesia tiene que hacer un esfuerzo para derribar los muros que los seres humanos separados. Con el mensaje de amor, tiene que predicar la novedad del Evangelio salvífico del Señor, que vino a liberarnos de nuestros pecados, y nos invita a construir la armonía, la paz y la justicia entre todos los pueblos.
Proposición 15: NUEVA EVANGELIZACIÓN Y DERECHOS HUMANOS
En consonancia con el énfasis puesto en la dignidad humana por la Nueva Evangelización, este Sínodo exhorta a legisladores, maestros y otras personas que trabajan en las ciencias humanas para otorgar el pleno respeto a la persona humana, tanto en las políticas públicas y la práctica.
Al mismo tiempo, todas las oportunidades que se deben tomar en diversas situaciones locales y las asociaciones de articular, defender y proteger, tanto en la teoría como en la práctica, los derechos derivados de una adecuada comprensión de la persona humana, como se establece en la ley natural.
Proposición 16: LIBERTAD RELIGIOSA
Los Padres sinodales reafirman que la libertad religiosa es un derecho humano básico. Esto incluye la libertad de conciencia y la libertad de elegir libremente la propia religión. Estamos en solidaridad con nuestros hermanos y hermanas, en distintas partes del mundo, que están sufriendo por la falta de libertad religiosa e incluso la persecución.
A la luz del reconocimiento del Concilio Vaticano II como un instrumento para la Nueva Evangelización y la creciente necesidad de proteger la libertad religiosa de los cristianos en todo el mundo, los Padres sinodales proponer un compromiso renovado y mayor difusión de las enseñanzas de Dignitatis Humanae. Esta renovación se propone afirmar y promover la libertad en materia religiosa para los individuos, las familias y las instituciones a fin de proteger el bien común de todos. Esta libertad comprende el derecho de enseñar la fe cristiana sin compromiso de sus principios a los niños en la familia y / o la escuela.
Los Padres sinodales proponen que el Santo Padre considerar la oportunidad de establecer una comisión de líderes de la Iglesia que representan a diversas partes de la Iglesia en todo el mundo, ni de encomendar esta tarea al Consejo Pontificio para la Justicia y la Paz, para hacer frente a los ataques a la libertad religiosa, y para obtener información precisa para el testimonio público al derecho fundamental a la libertad religiosa y libertad de conciencia.
Proposición 17: preámbulos de la fe y la teología de CREDIBILIDAD
En el contexto actual de una cultura global, muchas dudas y obstáculos causar un escepticismo extendido e introducir nuevos paradigmas de pensamiento y de vida. Es de suma importancia, para una nueva evangelización, para subrayar el papel de los preámbulos de la fe. Es necesario no sólo para mostrar que la fe no se opone a la razón, sino también para poner de relieve una serie de verdades y realidades que pertenecen a una correcta antropología, que es iluminada por la razón natural. Entre ellos, es el valor de la ley natural, y las consecuencias que tiene para la sociedad humana. Las nociones de "derecho natural" y la "naturaleza humana" son capaces de demostraciones racionales, tanto a nivel académico y popular. Tal desarrollo intelectual y de la empresa ayudará al diálogo entre los fieles cristianos y personas de buena voluntad, abriendo una forma de reconocer la existencia de un Dios creador y el mensaje de Jesucristo, el Redentor. Los Padres sinodales a los teólogos a desarrollar una nueva apologética del pensamiento cristiano, que es una teología de la credibilidad suficiente para una Nueva Evangelización.
El Sínodo pide a los teólogos a aceptar y responder a los desafíos intelectuales de la Nueva Evangelización, participando en la misión de la Iglesia a anunciar a todos el Evangelio de Cristo.
Proposición 18: NUEVA EVANGELIZACIÓN Y LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN SOCIAL
El uso de los medios de comunicación social tiene un papel importante que desempeñar para alcanzar a cada persona con el mensaje de salvación. En este campo, especialmente en el mundo de las comunicaciones electrónicas, es necesario que los cristianos convencidos estar formado, preparado y capaz de transmitir fielmente el contenido de la fe y de la moral cristiana. Deben tener la capacidad de utilizar bien los idiomas y los instrumentos de hoy en día que están disponibles para la comunicación en la aldea global. La forma más eficaz de la comunicación de la fe sigue siendo la puesta en común de los testimonios de la vida, sin que ninguno de los "medios de comunicación" iniciativas se traducirán en una transmisión eficaz del Evangelio. La educación en el uso racional y constructiva de los medios sociales son un medio importante para ser utilizados en la Nueva Evangelización.
Proposición 19: NUEVA EVANGELIZACIÓN Y DESARROLLO HUMANO
El Magisterio Papal en su doctrina social demuestra los lazos teológicos, antropológicos y educativos entre la evangelización y el desarrollo y la libertad de la persona y la sociedad.
Hoy ya no es posible pensar en la nueva evangelización sin la proclamación de la plena libertad de todo lo que oprime al ser humano, es decir, el pecado y sus consecuencias. Sin un compromiso serio para la vida y la justicia y el cambio de las situaciones que generan pobreza y exclusión (cf. Sollicitudo rei socialis, 36) no puede haber progreso. Esto es particularmente cierto en vista de los desafíos de la globalización.
Proposición 20: LA NUEVA EVANGELIZACIÓN Y LA MANERA DE LA BELLEZA
En la nueva evangelización, debe haber una especial atención a la manera de la belleza: Cristo, el "Buen Pastor" (Jn 10:11) es la Verdad en persona, la revelación hermosa de signo, sirviéndose sin medida . Es importante dar testimonio a los jóvenes que siguen a Jesús, no sólo de su bondad y verdad, pero también de la plenitud de su belleza. Como Agustín afirmó que "no se puede amar lo que no es bello" (Confesiones, Libro IV, 13,20). Belleza que nos atrae al amor, a través del cual Dios nos revela su rostro en el que creemos. En esta luz los artistas se sienten tanto hablado a comunicadores y privilegiada de la Nueva Evangelización.
En la formación de los seminaristas, la educación en la belleza no debe ser descuidado ni la educación en las artes sagradas como nos lo recuerda en la enseñanza del Concilio Vaticano II (cf. Sacrosanctum Concilium, 129). La belleza siempre debe ser una dimensión especial de la nueva evangelización.
Es necesario que la Iglesia sea vigilante en el cuidado y promoción de la calidad de la materia que está permitido en los espacios sagrados reservados para las celebraciones litúrgicas, cuidando tanto su belleza y la verdad de su expresión.
Es importante para la nueva evangelización que la Iglesia esté presente en todos los campos del arte, así como para apoyar con su presencia espiritual y pastoral a los artistas en su búsqueda de la creatividad y fomentar una experiencia de vida y de verdad espiritual de la salvación que se hace presente en su trabajo.
Proposición 21: LOS MIGRANTES
Al igual que muchos países se han beneficiado mucho de la presencia de personas procedentes de otros países, así también la Iglesia se nutre de una manera significativa con el testimonio y la acción evangelizadora de muchos de los que trabajan con el mandato misionero: "Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la creación "(Mc 16, 15).
Dados los riesgos y amenazas a la fe de los pueblos que migran, es importante que la Iglesia da su apoyo a través de un plan pastoral que incluye a ellos ya sus familias, y les recuerda su importante lugar como célula vital de la sociedad y de la Iglesia doméstica . Las parroquias deben ayudar a los inmigrantes a integrarse en la sociedad y la comunidad cristiana.
Plan pastoral de la Iglesia por los migrantes no sólo dar la bienvenida a los migrantes y promover su dignidad humana, pero ante todo debe ayudarles a integrarse en la vida de la Iglesia, respetando su tradición ritual propio, este plan también debería ayudar a evitar perderse a la Católica Iglesia.
Los inmigrantes no son sólo destinatarios, sino también protagonistas de la proclamación del Evangelio en el mundo moderno.
Frente a los grandes movimientos migratorios, es importante insistir en la centralidad y la dignidad de la persona, en particular a la luz de los graves fenómenos de una nueva esclavitud conectado con el vergonzoso tráfico de seres humanos, especialmente niños, y la venta de órganos. Esta toma de conciencia debe aumentar cuando se trata de los refugiados, los desplazados, los que en el mar, los nómadas y personas que no tienen un hogar fijo.
Proposición 22: CONVERSIÓN
El drama y la intensidad del choque vejez entre el bien y el mal, entre la fe y el miedo se presenta como la base esencial, un elemento constitutivo de la llamada a la conversión en Cristo. Esta lucha continúa a un nivel natural y sobrenatural. "Porque la puerta es estrecha y el camino es duro, que lleva a la vida, y los que lo encuentran son pocos" (Mt 7, 14). Muchos obispos hablaron de la necesidad de renovación en santidad en sus propias vidas, si quieren ser verdaderos agentes y efectivos de la Nueva Evangelización.
La nueva evangelización requiere una conversión personal y comunitaria, los nuevos métodos de evangelización y la renovación de las estructuras pastorales, para poder pasar de una estrategia pastoral de mantenimiento a una posición pastoral que es verdaderamente misionera. La Nueva Evangelización nos guía a una auténtica conversión pastoral que nos lleva a actitudes e iniciativas que lleva a las evaluaciones y los cambios en la dinámica de las estructuras pastorales que ya no responden a las exigencias evangélicas de la hora actual.
Proposición 23: SANTIDAD Y los nuevos evangelizadores
La llamada universal a la santidad es constitutiva de la Nueva Evangelización que ve a los santos como modelos efectivos de la variedad y las formas en que puede ser esta vocación realizadas. Lo que es común en las historias variadas de la santidad es el seguimiento de Cristo se expresa en una vida de fe activa en la caridad que es un privilegiado proclamación del Evangelio.
Reconocemos a María como modelo de santidad que se manifiesta en actos de amor como el don supremo de sí mismo.
La santidad es una parte importante de cada compromiso evangelizador para quien evangeliza y para el bien de los evangelizados.
Proposición 24: LA DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA
Con el fin de promover una nueva evangelización en la sociedad, la mayor atención se debe dar a la doctrina social de la Iglesia, entendiendo que se trata de un anuncio y el testimonio de la fe, un medio insustituible de la educación en la fe (cf. Caritas in veritate, 15). Este abrazo de la doctrina social de la Iglesia debe estar presente en el contenido de la catequesis, la educación cristiana, la formación de los seminaristas y religiosos, la formación permanente de los obispos y de los sacerdotes y sobre todo la formación de los laicos. El Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia es un recurso muy valioso en el logro de esta formación continua.
Proposición 25: ESCENARIOS URBANOS deEl NUEVA EVANGELIZACIÓN
La Iglesia reconoce que las ciudades humanas y la cultura que expresan, así como las transformaciones que tienen lugar en ellos, son un lugar privilegiado de la nueva evangelización. La comprensión misma al servicio del plan salvífico de Dios, la Iglesia reconoce que la "ciudad santa, la nueva Jerusalén" (cf. Ap 21, 2-4) es en cierto modo ya está presente en las realidades humanas. Poner en práctica un plan de pastoral urbana, la Iglesia quiere identificar y comprender esas experiencias, lenguajes y estilos de vida, que son típicas de las sociedades urbanas. Ella tiene la intención de hacer que sus celebraciones litúrgicas, sus experiencias de vida comunitaria, y su ejercicio de la caridad, pertinentes al contexto urbano, con el fin de encarnar el Evangelio en la vida de todos los ciudadanos.
La Iglesia también sabe que en muchas ciudades se ve la ausencia de Dios, en los múltiples ataques a la dignidad humana. Entre ellos: la violencia relacionada con el narcotráfico, la corrupción de varios tipos, y muchos otros crímenes. Estamos convencidos de que el anuncio del Evangelio puede ser la base para restablecer la dignidad de la vida humana en estos contextos urbanos. Es el Evangelio de Jesús, que "venido para que tengan vida y la tengan en abundancia" (Jn 10, 10).
3) Las respuestas pastorales a las circunstancias de nuestro tiempo
Proposición 26: Las parroquias y otras realidades eclesiales
Los obispos reunidos en Sínodo afirman que la parroquia sigue siendo la principal presencia de la Iglesia en los barrios, el lugar y el instrumento de la vida cristiana, que es capaz de ofrecer oportunidades para el diálogo entre los hombres, para escuchar y anunciar la Palabra de Dios, para la catequesis orgánica, para la formación en la caridad, de la oración, la adoración y alegres celebraciones eucarísticas. Además, los Padres sinodales gustaría animar a las parroquias a encontrar maneras de orientarse hacia un mayor énfasis en la evangelización, que podría incluir misiones parroquiales, programas parroquiales de renovación y retiros parroquiales. La presencia y la acción evangelizadora de asociaciones, movimientos y de otras realidades eclesiales son estímulos útiles para la realización de esta conversión pastoral. Las parroquias, así como realidades eclesiales tradicionales y los nuevos son llamados a hacer visible juntos la comunión de la Iglesia particular, unida en torno al Obispo.
Con el fin de llevar a todos la Buena Noticia de Jesús, tal como exige la Nueva Evangelización, todas las parroquias y comunidades pequeñas deben ser las células vivas, lugares para promover el encuentro personal y comunitario con Cristo, experimentar la riqueza de la liturgia, dar formación cristiana inicial y permanente, y para educar a todos los fieles en la fraternidad y la caridad especialmente con los pobres.
Proposición 27: EDUCACIÓN
"Id, pues, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo, enseñándoles a observar todo cuanto yo os he mandado" (Mt 28:19-20). La educación es una dimensión constitutiva de la evangelización. Proclamar a Jesús resucitado Cristo es acompañar a todos los seres humanos en su historia personal, en su desarrollo y en su vocación espiritual. La educación necesita, al mismo tiempo, promover todo lo que es verdadero, bueno y bello que es una parte de la persona humana, es decir, educar la mente y las emociones de apreciar la realidad.
Los niños, los adolescentes y los jóvenes tienen derecho a ser evangelizados y educado. Las escuelas y universidades católicas responder de esta manera a esta necesidad. Las instituciones públicas deberían reconocer y apoyar este derecho.
Las escuelas deben ayudar a las familias en introducir a los niños en la belleza de la fe. Las escuelas ofrecen una gran oportunidad para transmitir la fe o al menos que se sepa.
Los Padres sinodales están agradecidos por la labor educativa llevada a cabo por miles de maestros, hombres y mujeres, en las instituciones educativas católicas de los cinco continentes.
Debido al papel singular de los docentes, es importante que reciban formación permanente en el desempeño de sus responsabilidades.
Las escuelas deben tener la libertad de enseñar. Esta libertad es un derecho inalienable.
Por esta razón, con el fin de asegurar que nuestras instituciones son agentes de evangelización y no sólo productos de la evangelización, la sinodales:
- Alienta a las instituciones educativas católicas a hacer todo lo posible para preservar su identidad como instituciones eclesiales;
- Invita a todos los docentes de aprovechar el liderazgo que les corresponde como discípulos bautizados de Jesús, dando testimonio a través de su vocación como educadores, y
- Insta a las Iglesias particulares, familias religiosas, ya todos los que tienen responsabilidad en las instituciones educativas, para facilitar la corresponsabilidad de los laicos, ofreciendo una adecuada formación y acompañamiento para esto.
Proposición 28: CATEQUESIS DE ADULTOS
No se puede hablar de la nueva evangelización si la catequesis de adultos es inexistente, fragmentadas, débiles o descuidado. Cuando estos defectos están presentes, el ministerio pastoral se enfrenta a un reto muy serio.
Las fases y niveles del catecumenado de la Iglesia muestra cómo la Biblia, catechetically, espiritual y litúrgica historia de una persona y trayecto fe-puede ser entendida como una vocación a través de una relación con Dios (cf. Evangelii nuntiandi, 18; Instrumentum laboris, 92) .
En todas estas cosas, el carácter público de la decisión de la fe que el catecúmeno hace, que poco a poco crece en la comunidad y la diócesis, tiene un impacto positivo en todos los fieles.
Proposición 29: catequesis, los catequistas y el catecismo
La catequesis adecuada es fundamental para la Nueva Evangelización. El Sínodo llama la atención sobre el servicio indispensable que los catequistas ofrecer las comunidades eclesiales y expresa su profunda gratitud por su dedicación. Todos los catequistas, los que están en los evangelizadores mismo tiempo, tienen que estar bien preparado. Todo esfuerzo debe hacerse dentro de las posibilidades de la situación local para proveer a la formación de los catequistas eclesial fuerte, que es espiritual, doctrinal bíblica y pedagógica. El testimonio personal de la fe en sí es una poderosa forma de catequesis.
El "Catecismo de la Iglesia Católica" y su Compendio son, ante todo, un recurso para la enseñanza de la fe y el apoyo a los adultos de la Iglesia en su misión evangelizadora y la catequesis.
De acuerdo con la Carta Apostólica Ministeria quaedam del Papa Pablo VI, las Conferencias Episcopales tienen la posibilidad de pedir a la Santa Sede la institución del Ministerio del Catequista.
Proposición 30: TEOLOGÍA
La teología como ciencia de la fe tiene una importancia para la Nueva Evangelización. Sacerdotes, profesores y catequistas deben ser formados en las instituciones de educación superior. La Iglesia aprecia y promueve la investigación y la enseñanza de la teología. Teología científica tiene su propio lugar adecuado en la universidad donde se debe llevar a cabo el diálogo entre la fe y las otras disciplinas y el mundo secular. Los teólogos están llamados a llevar a cabo este servicio como parte de la misión salvífica de la Iglesia. Es necesario que ellos piensan y sienten con la Iglesia (sentire cum Ecclesia).
El Sínodo propone que la nueva evangelización ser considerado como un elemento integrante de la misión de cada facultad teológica y que un departamento de estudios de la Nueva Evangelización se establezca en las universidades católicas.
Proposición 31: NUEVA EVANGELIZACIÓN Y LA OPCIÓN POR LOS POBRES
El Papa Benedicto XVI nos enseña: "Jesús se identifica con los necesitados, con los hambrientos, los sedientos, los forasteros, los desnudos, los enfermos y los encarcelados. "Cuanto hicisteis a uno de los más pequeños de estos mis humildes hermanos, conmigo lo hicisteis» (Mt 25, 40). Amor a Dios y amor al prójimo se funden entre sí: en el más humilde encontramos a Jesús mismo y en Jesús encontramos a Dios "(Deus caritas est, 15).
Hoy en día hay nuevas caras y nuevos pobres de la pobreza: los hambrientos, los sin techo, los enfermos y los abandonados, los drogadictos, los migrantes y los refugiados, marginados, políticos y ambientales de los pueblos indígenas. La actual crisis económica afecta seriamente a los pobres. Entre los más pobres en la sociedad contemporánea son víctimas de la pérdida grave de respeto a la dignidad inviolable de la vida humana inocente.
La opción preferencial por los pobres nos lleva a buscar a los pobres y trabajar en su nombre para que se sienta como en casa en la Iglesia. Ambos son destinatarios y actores de la Nueva Evangelización.
Proposición 32: LOS ENFERMOS
La nueva evangelización debe ser siempre consciente del misterio pascual de la muerte y resurrección de Jesucristo. Este misterio arroja luz sobre el sufrimiento de las personas que pueden encontrar en la cruz de Cristo comprensión y aceptación del misterio del sufrimiento que les da esperanza en la vida futura.
En los enfermos, los que sufren, las personas con discapacidad y las personas con necesidades especiales, el sufrimiento de Cristo está presente y tiene una fuerza misionera. Para los cristianos, siempre debe haber lugar para los que sufren y los enfermos. Ellos necesitan nuestra atención, pero recibimos mucho más de su fe.
A través de los enfermos, Cristo ilumina a su Iglesia, para que todo el que entra en contacto con ellos encontrarán reflejaba la luz de Cristo. Por ello, los enfermos son participantes muy importantes en la Nueva Evangelización.
Todas las personas en contacto con los enfermos tienen que ser conscientes de su misión. No podemos olvidar cuando construimos nuevos hospitales que prestar atención para que no les falte un ambiente reconfortante y de apoyo y un lugar para la oración.
Proposición 33: EL SACRAMENTO DE LA PENITENCIA Y DE LA NUEVA EVANGELIZACIÓN
El sacramento de la Penitencia y de la Reconciliación es el lugar privilegiado para recibir misericordia y perdón de Dios. Es un lugar para la sanación personal y comunitaria. En este sacramento, todos los bautizados tienen un nuevo encuentro y personal con Jesucristo, así como un nuevo encuentro con la Iglesia, lo que facilita una plena reconciliación a través del perdón de los pecados. Aquí, el penitente se encuentra con Jesús, y al mismo tiempo que él o ella experimenta una apreciación más profunda de sí mismo y de sí misma. Los Padres sinodales, pido que este sacramento se puso de nuevo en el centro de la actividad pastoral de la Iglesia.
En cada diócesis, al menos un lugar debe ser especialmente dedicado de manera permanente para la celebración de este sacramento, donde los sacerdotes están siempre presentes, permitiendo que la misericordia de Dios para ser experimentado por todos los fieles. El sacramento debe tener especial disponible, incluso a diario, en los lugares de peregrinación y de las iglesias especialmente designadas. La fidelidad a las normas específicas que rigen la administración de este sacramento es necesaria. Todo sacerdote debe considerar el Sacramento de la Penitencia en una parte esencial de su ministerio y de la nueva evangelización, y en cada comunidad parroquial un tiempo adecuado debe ser apartado para oír confesiones.
Proposición 34: domingos y días festivos
La Eucaristía debe ser la fuente y la cumbre de la Nueva Evangelización. Los Padres sinodales instar todos los fieles cristianos a renovar su comprensión y el amor a la Eucaristía, en la que sus vidas se transforman y se une a la ofrenda de Cristo de su propia vida, para gloria de Dios Padre para la salvación de todo el mundo.
A pesar de que existe una tensión entre el domingo cristiano y lo secular Domingo, domingo debe ser recuperado para la Nueva Evangelización, según la enseñanza Beato Juan Pablo II en "Dies Domini". Domingo, con su carácter sagrado y especial junto con la Misa dominical debe ser el centro de la vida católica. La participación plena, activa y consciente en la liturgia por parte de toda la comunidad es la meta. El año litúrgico con sus fiestas debe ser seguido por un verdadero programa de evangelización, sobre todo en Navidad y Pascua.
Proposición 35: LITURGIA
La celebración digna de la Sagrada Liturgia, el regalo más preciado de Dios para nosotros, es la fuente de la más alta expresión de nuestra vida en Cristo (cf. Sacrosanctum Concilium, 10). Es, por lo tanto, la expresión principal y más poderosa de la nueva evangelización. Dios desea manifestar la belleza incomparable de su amor inmensurable e incesante para nosotros a través de la Sagrada Liturgia, y nosotros, por nuestra parte, el deseo de emplear lo más hermoso en nuestra adoración a Dios en respuesta a su regalo. En el maravilloso intercambio de la Sagrada Liturgia, por el cual el cielo desciende a la tierra, la salvación está a la mano, invocando el arrepentimiento y la conversión del corazón (cf. Mt 4:17; Mc 1:15).
La evangelización en la Iglesia llama a una liturgia que eleva los corazones de los hombres y mujeres de Dios. La liturgia no es sólo una acción humana, sino un encuentro con Dios que conduce a la contemplación y la amistad más profunda con Dios. En este sentido, la liturgia de la Iglesia es la mejor escuela de la fe.
Proposición 36: DIMENSIÓN ESPIRITUAL DE LA NUEVA EVANGELIZACIÓN
El agente principal de la evangelización es el Espíritu Santo, que abre los corazones y los convierte a Dios. La experiencia del encuentro con el Señor Jesús, que fue posible por el Espíritu, que introduce a uno en la vida trinitaria, dio la bienvenida con un espíritu de adoración, de súplica y de alabanza, debe ser fundamental para todos los aspectos de la Nueva Evangelización. Esta es la "dimensión contemplativa" de la Nueva Evangelización que se alimenta continuamente a través de la oración, a partir de la liturgia, especialmente la Eucaristía, fuente y cumbre de la vida de la Iglesia.
Por lo tanto, proponemos que la oración se anima y enseña desde la infancia. Los niños y jóvenes deben ser educados en la familia y en las escuelas para reconocer la presencia de Dios en sus vidas, para alabarle, darle gracias por los dones recibidos de El, y de pedir que el Espíritu Santo les guíe.
Proposición 37: EL SACRAMENTO DE LA CONFIRMACIÓN DE LA NUEVA EVANGELIZACIÓN
Todos los cristianos se les ha confiado la misión de evangelizar, debido a los sacramentos del Bautismo y de la Confirmación. Aquí los fieles están sellados por la unción del Espíritu Santo y están llamados a participar en el misterio de Pentecostés. A través de la confirmación, todos los bautizados reciben la plenitud del Espíritu Santo, sus carismas, y el poder de dar testimonio del Evangelio abiertamente y con valentía.
Es importante que la catequesis mistagógica acompañar a la gracia de la adopción filial recibida en el Bautismo, subrayando la importancia del don del Espíritu Santo, que capacita para participar plenamente en el testimonio eucarístico de la Iglesia y su influencia en todas las esferas de la vida y los humanos actividad.
Por lo tanto la catequesis adecuada y sistemática antes de la recepción de estos sacramentos es de primordial importancia.
Proposición 38: INICIACIÓN CRISTIANA Y LA NUEVA EVANGELIZACIÓN
El Sínodo desea expresar que la iniciación cristiana es un elemento crucial en la Nueva Evangelización y es el medio por el que la Iglesia, como madre, da a luz niños y regenera a sí misma. Por lo tanto, proponemos que el proceso tradicional de la iniciación cristiana, que a menudo ha convertido simplemente en una preparación próxima de los sacramentos, en todas partes se considera en un futuro catecumenado, dando más relevancia a la mistagogía permanente, y convirtiéndose así en la verdadera iniciación a la vida cristiana a través de los sacramentos. (Cf. Directorio General de Catequesis, 91).
En esta perspectiva, no deja de tener consecuencias que la situación actual en relación con los tres sacramentos de la iniciación cristiana, a pesar de su unidad teológica, pastoral son diversas. Estas diferencias en las comunidades eclesiales que no son de carácter doctrinal, pero las diferencias de criterio pastoral. Este Sínodo pide que sin embargo lo que el Santo Padre ha afirmado en Sacramentum caritatis, 18, ​​se convierten en un estímulo para la diócesis y conferencias episcopales a revisar sus prácticas de la iniciación cristiana: "Concretamente, debe considerarse que la práctica mejor permite a los fieles a poner el sacramento de la Eucaristía en el centro, ya que el objetivo de todo el proceso de iniciación "(Sacramentum caritatis, 18).
Proposición 39: LA PIEDAD POPULAR Y LA NUEVA EVANGELIZACIÓN
La piedad popular es un verdadero lugar de encuentro con Cristo, y también expresar la fe del pueblo cristiano en la Santísima Virgen y de los Santos. La Nueva Evangelización reconoce el valor de estas experiencias de fe y les anima como maneras de crecer en la virtud cristiana.
Las peregrinaciones a los santuarios y refugios son un aspecto importante de la nueva evangelización. No sólo por los millones de personas que siguen haciendo estas peregrinaciones, sino porque esta forma de la piedad popular en este momento es una oportunidad especialmente prometedora para la conversión y el crecimiento de la fe. Por ello es importante que un plan pastoral que se desarrollará correctamente da la bienvenida a los peregrinos y, en respuesta al deseo profundo de los peregrinos, se ofrecerán oportunidades para que el tiempo de la peregrinación puede ser vivido como un verdadero momento de gracia.
Proposición 40: EL CONSEJO PONTIFICIO PARA LA PROMOCIÓN DE LA NUEVA EVANGELIZACIÓN
El Sínodo da las gracias al Santo Padre por la creación del Consejo Pontificio para la Promoción de la Nueva Evangelización como un instrumento al servicio de las Iglesias particulares, y pide que este Dicasterio continuar las discusiones sinodales en estudio y en el desarrollo y promoción de la Nueva Evangelización.
También pide que se estudie la posibilidad en cada conferencia episcopal para la creación de una comisión con el fin de promover el estudio y la difusión del Magisterio pontificio relativo a los temas que forman parte de la Nueva Evangelización. De esta manera, no se puede crear una fuerte colaboración entre las Iglesias particulares y por lo tanto mayor eficacia en la aplicación de la Nueva Evangelización.
4) Agentes / Participantes de la nueva evangelización
Proposición 41: NUEVA EVANGELIZACIÓN Y LA IGLESIA PARTICULAR
La iglesia en particular, encabezada por el obispo, que es ayudado por los sacerdotes y diáconos, con la colaboración de las personas consagradas y los laicos, es el tema de la nueva evangelización. Esto es así porque en cada lugar, la Iglesia particular es la manifestación concreta de la Iglesia de Cristo y como tal inicia, coordina y lleva a cabo las acciones pastorales a través del cual se lleva a cabo la Nueva Evangelización.
En la Iglesia la llamada a la santidad, dirigida a todos los bautizados, resuena, invitándoles a seguir a Cristo ya su vez con el amor y la buena voluntad hacia todos los hombres, a fin de discernir la acción del Espíritu Santo en ellos. "Como yo os he amado, que también os améis unos a otros. De este modo todos sabrán que son mis discípulos, si os tenéis amor los unos a los otros "(Jn 13:34-35). Para las primeras comunidades cristianas, la comunión era un elemento constitutivo de la vida de fe y necesaria para la evangelización: tenían un solo corazón y mente. La Iglesia es comunión, es decir, la Iglesia es la Familia de Dios.
La Iglesia permite a cada uno de sus miembros para que sean conscientes de su responsabilidad de ser como la levadura en la masa. De esta manera, "la fe que actúa por la caridad» (Ga 5, 6) se convertirá en un testimonio contagioso para el mundo en todas sus dimensiones, que ofrece a cada persona la posibilidad de conocer a Cristo y ser evangelizadores en su turno.
Sería deseable que cada iglesia particular, cualquier dificultad que se producen, desarrollaron un sentido de misión entre sus fieles mediante la cooperación con otras Iglesias particulares.
Proposición 42: ACTIVIDAD PASTORAL INTEGRAL
Cada Iglesia particular es la comunidad primaria de la misión de la Iglesia. Se debe animar y dirigir una actividad renovada pastoral capaz de integrar la variedad de los carismas, los ministerios, los estados de vida y recursos. Todas estas realidades deben ser coordinadas dentro de un proyecto orgánico misionero, capaz de comunicar la plenitud de la vida cristiana para todos, especialmente para aquellos que se sienten lejos de la atención de la Iglesia. Tal esfuerzo debe surgir del diálogo y la cooperación de todos los componentes de la diócesis, entre ellas: parroquias, pequeñas comunidades cristianas, comunidades educativas, comunidades de vida consagrada, asociaciones, movimientos y fieles individual. Cada programa pastoral debe transmitir la verdadera novedad del Evangelio, y se centra en un encuentro personal y estar con Jesús. También debe pedirse a la obtención de todas las personas en un abrazo generoso de la fe y la voluntad de aceptar la llamada a ser testigos.
Proposición 43: dones jerárquicos y carismáticos
El Espíritu Santo dirige la Iglesia en su evangelización misionera "con diversos dones jerárquicos y carismáticos" (Lumen gentium, 4). De hecho, las diócesis son "una porción del pueblo de Dios bajo el cuidado pastoral del obispo, ayudado por su presbiterio" (Christus Dominus, 11), donde las realidades carismáticas diversas reconocer la autoridad del obispo como parte integral de su propia correcto acción al servicio de la misión eclesial. El obispo tiene la responsabilidad de "juzgar la autenticidad de estos regalos y orientar su uso ordinario" (Lumen gentium, 12), como un recurso auténtico para la vida y misión de la Iglesia. Los dones jerárquicos y carismáticos, los dones que fluyen del Espíritu de Dios, no están en competencia, sino igualmente esenciales para la vida de la Iglesia y de la eficacia de su acción misionera (cf. Juan Pablo II, Mensaje a los participantes en el Congreso Mundial de los Movimientos Eclesiales, 27 de mayo de 1998). La vida consagrada ocupa un lugar especial en la dimensión carismática de la Iglesia (cf. Mutuae relationes, 34, Rispartire da Cristo, 32) y, como tal, plenamente insertos en la comunión eclesial, contribuyen con sus propios dones propios de la evangelización misionera. Los estudios deben llevarse a cabo tanto a nivel diocesano como interdiocesano para ver cómo tanto los dones carismáticos y jerárquicos son capaces de cooperar en la acción pastoral y en la vida espiritual de la Iglesia.
Desde el Concilio Vaticano II, la nueva evangelización se ha beneficiado de la dinámica de los nuevos movimientos eclesiales y nuevas comunidades. Su ideal de la santidad y la unidad ha sido la fuente de muchas vocaciones y notables iniciativas misioneras. El Sínodo reconoce estas nuevas realidades y les anima a utilizar sus carismas en estrecha colaboración con las diócesis y en las comunidades parroquiales, que a su vez, se benefician de su espíritu misionero.
Proposición 44: NUEVA EVANGELIZACIÓN EN LA PARROQUIA
La parroquia, en ya través de todas sus actividades, deben animar a sus miembros a convertirse en agentes de la nueva evangelización, dando testimonio tanto a través de sus palabras y sus vidas. Por esta razón, es importante recordar que la parroquia sigue siendo el entorno habitual de la vida espiritual de los feligreses. El Sínodo por tanto, anima visitas a las parroquias a las familias como una forma de renovación parroquial. A veces sucede que la parroquia es vista sólo como un lugar para eventos importantes, o incluso como un centro turístico.
En la misma línea, "agentes pastorales" en los hospitales, centros juveniles, fábricas, prisiones, etc, tienen que tener en cuenta que la Nueva Evangelización debe encontrar un hogar en estos lugares. La Iglesia debe de hecho estar presentes en esos lugares, ya que Cristo mostró su preferencia por las personas que allí se encuentran. Por más que se encuentra dentro de su poder, todas las Iglesias, por lo tanto exhorta a estar abierto a esta misión, dondequiera que estén.
Proposición 45: EL PAPEL DE LOS FIELES LAICOS EN LA NUEVA EVANGELIZACIÓN
La vocación y la misión propia de los fieles laicos es la transformación de las estructuras de este mundo, para que todo el comportamiento humano y las actividades de ser informado por el Evangelio. Esta es la razón por la que es tan importante para orientar a los laicos cristianos en un conocimiento íntimo de Cristo para formar su conciencia moral a través de su vida en Cristo. El Concilio Vaticano II señala cuatro aspectos principales de la misión de los bautizados: el testimonio de sus vidas, obras de caridad y misericordia, la renovación del orden temporal y la evangelización directa (cf. Lumen gentium, Apostolicam actuositatem). De esta manera, van a ser capaces de dar testimonio de una vida verdaderamente coherente con su fe cristiana, como personas individuales y como comunidad.
Los laicos colaborar en la obra de la Iglesia, la evangelización, como testigos y al mismo tiempo como instrumentos vivos que comparten en su misión salvífica (cf. Ad gentes, 41). Por tanto, la Iglesia aprecia los dones que el Espíritu está haciendo a cada bautizado para la construcción del cuerpo, y debe proporcionar estímulo y formación adecuadas para fomentar su celo apostólico en la transmisión de la fe.
Proposición 46: COLABORACIÓN DEL HOMBRE Y LA MUJER EN LA IGLESIA
La Iglesia aprecia la igual dignidad de las mujeres y los hombres en la sociedad, hecho a imagen de Dios y en la Iglesia, en base a su vocación común como bautizados en Cristo.
Los pastores de la Iglesia han reconocido las capacidades especiales de las mujeres, tales como la atención a los demás y sus regalos para nutrir y compasión, sobre todo en su vocación de madre.
Las mujeres junto con los hombres el testimonio del Evangelio de la vida a través de su dedicación a la transmisión de la vida en la familia. Juntos ayudan a mantener viva la fe.
El Sínodo reconoce que hoy en día, las mujeres (laicos y religiosos), junto con los hombres contribuyen a la reflexión teológica a todos los niveles y compartir responsabilidades pastorales en nuevas formas, con lo que llevar adelante la nueva evangelización para la transmisión de la fe.
Proposición 47: FORMACIÓN PARA EVANGELIZADORES
Este Sínodo considera que es necesario establecer centros de formación para la Nueva Evangelización, donde los laicos aprender a hablar de la persona de Cristo de una manera persuasiva adaptada a nuestro tiempo y para grupos específicos de personas (jóvenes, los agnósticos, los ancianos y así sucesivamente).
Cristocentrismo trinitario (cf. Directorio General de Catequesis, 98-100) es el criterio más esencial y fundamental para presentar el mensaje del Evangelio en los tres momentos de la evangelización, ya sea para el primer anuncio, la catequesis o formación permanente (cf. DGC, 60 -72). Toda la enseñanza y los recursos están siendo evaluados en esta luz.
Proposición 48: LA FAMILIA CRISTIANA
Establecido por el sacramento del matrimonio, la familia cristiana como Iglesia doméstica es el lugar y el agente de primera hora de la entrega de la vida y el amor, la transmisión de la fe y la formación de la persona humana según los valores del Evangelio. En imitación de Cristo, la Iglesia entera debe dedicarse a apoyar a las familias en la catequesis de niños y jóvenes. En muchos casos, los abuelos tendrán un papel muy importante.
Al mismo tiempo, la nueva evangelización debe esforzarse para hacer frente a importantes problemas pastorales en todo matrimonio, el caso de los divorciados y vueltos a casar, la situación de sus hijos, el destino de los cónyuges abandonados, las parejas que viven juntas sin casarse, y la tendencia de la sociedad a redefinir matrimonio.
La Iglesia con la atención materna y el espíritu evangélico debe buscar las respuestas adecuadas para estas situaciones, como un aspecto importante de la nueva evangelización.
Cada plan pastoral de evangelización también debe incluir una invitación respetuosa a todos los que viven solos, la experiencia de Dios en la familia de la Iglesia.
Es necesario educar a la gente sobre cómo vivir la sexualidad humana según la antropología cristiana, tanto antes del matrimonio, así como en el matrimonio en sí.
Las notas sinodales con reconocimiento de aquellas familias que dejan sus hogares para ser evangelizadores de Cristo en otros países y culturas.
Proposición 49: DIMENSIÓN PASTORAL DEL MINISTERIO ORDENADO
Los Padres sinodales alentamos a los obispos y sacerdotes para conocer la vida de las personas que atienden de una manera más personal. La gente está buscando testigos auténticos y creíbles en sus obispos y sacerdotes que viven y modelo de la fe y de la Nueva Evangelización. El obispo es un evangelizador que predica con el ejemplo y comparte con todos los archivos. Bautizó la bendición de ser llamado a la evangelización
La formación permanente del clero de la Nueva Evangelización y métodos de evangelización en la diócesis y de la parroquia se necesitan para aprender medio eficaz para movilizar a los laicos a participar en la nueva evangelización. Invitamos a los obispos, a los principales responsables de toda la obra pastoral de la Iglesia, para desarrollar un plan que anima y acompaña en forma directa y personal el trabajo pastoral del presbítero, el núcleo decisivo liderazgo de la Nueva Evangelización.
Frente a los escándalos que afectan a la vida sacerdotal y el ministerio, que lamentamos profundamente, se propone sin embargo que gracias y ánimo para dar el servicio fiel de tantos sacerdotes y que las orientaciones pastorales de darse a las Iglesias particulares en un plan pastoral presbiteral que es sistemático y organizado, que apoya la auténtica renovación de la vida y ministerio de los sacerdotes, que son los principales agentes de la nueva evangelización (cf. Pastores dabo vobis, 2).
Así que los sacerdotes estén adecuadamente preparados para la obra de la nueva evangelización, el Sínodo desea que en su formación, se tiene cuidado de ellos se forman en una espiritualidad profunda, sólida doctrina, la capacidad de comunicarse en la catequesis y la conciencia de los modernos fenómenos culturales .
Seminarios deberían fijarse como objetivo la Nueva Evangelización, para que se convierta en el tema recurrente y unificador en los programas de formación humana, espiritual, intelectual y pastoral en el ars celebrandi, en la homilética y en la celebración del sacramento de la Reconciliación, todas las piezas muy importantes del Sínodo de Nueva Evangelization.The reconoce y alienta la labor de los diáconos, cuyo ministerio provee el servicio de gran Iglesia. Programas de formación permanente dentro de la diócesis también debe estar disponible para los diáconos.
Proposición 50: La vida consagrada
La vida consagrada, tanto de hombres como de mujeres, ha hecho una contribución muy importante a la labor de la Iglesia de evangelizar a través de la historia.
En este momento de la nueva evangelización, el Sínodo pide a todos los hombres y mujeres religiosos y miembros de institutos seculares a vivir su identidad de consagrados radicalmente y con alegría. El testimonio de una vida que se manifiesta el primado de Dios y que, por medio de la vida en común, expresa la fuerza humanizadora del Evangelio es una poderosa proclamación del Reino de Dios.
La vida consagrada, totalmente evangélico y evangelizador, en profunda comunión con los pastores de la Iglesia y en corresponsabilidad con los laicos, fieles a los respectivos carismas, ofrecerá una importante contribución a la nueva evangelización.
El Sínodo pide Órdenes y Congregaciones religiosas para estar plenamente disponible para ir a las fronteras geográficas, sociales y culturales de la evangelización. El Sínodo invita religioso para avanzar hacia la aeropaghi nueva misión.
Debido a que la Nueva Evangelización es esencialmente un asunto espiritual, el Sínodo también subraya la gran importancia de la vida contemplativa en la transmisión de la fe.
La tradición secular de la vida consagrada contemplativa en sus formas anteriores de vida de la comunidad estable de oración y de trabajo sigue siendo una poderosa fuente de la gracia en la vida y misión de la Iglesia. El Sínodo confía en que la nueva evangelización se moverá mucho más fiel a optar por esta forma de vida.
Proposición 51: LA JUVENTUD Y LA NUEVA EVANGELIZACIÓN
En la Nueva Evangelización, los jóvenes no sólo son el futuro sino también el presente (y regalo) en la Iglesia. No son sólo los destinatarios sino también agentes de evangelización, especialmente con sus pares.Los jóvenes están en la etapa de búsqueda de la verdad y el significado de la vida que Jesús, quien es la Verdad y su amigo puede proporcionar.
A través de ejemplares adultos cristianos, los santos, especialmente los santos jóvenes, ya través de los ministros juveniles comprometidos, la Iglesia es visible y creíble para la juventud. Dondequiera que estén, en casa, en la escuela o en la comunidad cristiana, es necesario que los evangelizadores satisfacer los jóvenes y pasar tiempo con ellos, proponer a ellos y acompañarlos en el seguimiento de Jesús, guíe a descubrir su vocación en la vida y en la Iglesia.
A medida que los medios de comunicación influyen mucho en lo físico, emocional, mental y bienestar espiritual de los jóvenes, la Iglesia a través de la catequesis y la pastoral juvenil se esfuerza para habilitar y equipar a discernir entre el bien y el mal, para elegir los valores del Evangelio sobre los valores mundanos, formar firmes convicciones religiosas.
Las celebraciones del Día Mundial de la Juventud y Youcat son instrumentos especiales de la Nueva Evangelización.
Proposición 52: DIÁLOGO ECUMÉNICO
La dimensión ecuménica de la contratación para la Nueva Evangelización debe ser destacado. Esto corresponde a la oración del Señor Jesús "para que todos sean uno" (Jn 17, 23). La credibilidad de nuestro servicio al Evangelio será mucho mayor si somos capaces de superar nuestras divisiones. Mientras que la defensa de la identidad católica y la comunión, la Nueva Evangelización promueve la colaboración ecuménica, lo que demuestra hasta qué punto la fe dada en el Bautismo nos une.
Los Padres sinodales están agradecidos por el progreso en el diálogo ecuménico desde el Concilio Vaticano II. A pesar de las dificultades del pasado, este diálogo se muestra particularmente en este Sínodo por la participación del Patriarca Ecuménico Bartolomé I, del Arzobispo de Canterbury, Dr. Rowan Williams, y de los delegados fraternos. Los Padres Sinodales expresan su deseo de que la Iglesia continúa sus esfuerzos en este camino de la unidad y la caridad.
Proposición 53: DIÁLOGO INTERRELIGIOSO
El diálogo con todos los creyentes es una parte de la Nueva Evangelización. En particular, la Iglesia invita a los cristianos a perseverar e intensificar sus relaciones con los musulmanes, según la enseñanza de la Declaración Nostra Aetate. A pesar de las dificultades, este diálogo debe continuar. Siempre depende de los socios que tengan una formación adecuada, una fundación eclesial auténtica, como cristianos, y una actitud de respeto a la conciencia de las personas y de la libertad religiosa para todos.
Fiel a las enseñanzas del Concilio Vaticano II, la Iglesia respeta las otras religiones y sus adeptos y está dispuesto a colaborar con ellos en la defensa y promoción de la dignidad inviolable de cada persona.
Proposición 54: EL DIÁLOGO ENTRE CIENCIA Y FE
El diálogo entre la ciencia y la fe es un campo vital en la Nueva Evangelización. Por un lado, este diálogo requiere la apertura de la razón al misterio que lo trasciende y la conciencia de los límites fundamentales del conocimiento científico. Por otra parte, también se requiere una fe que está abierto a la razón y a los resultados de la investigación científica.
Proposición 55: Patio de los Gentiles
Las comunidades eclesiales de abrir una especie de patio de los gentiles donde los creyentes y no creyentes puedan dialogar sobre temas fundamentales: los grandes valores de la ética, el arte y la ciencia, y la búsqueda de lo trascendente. Este diálogo se dirige en particular a "aquellos a quienes la religión es algo extraño, para quienes Dios es desconocido y que, sin embargo no quieren quedarse simplemente sin Dios, sino acercarse a él, aunque como lo Desconocido" (Benedicto XVI, Discurso a los miembros de la Curia romana, 21 de diciembre de 2009). De manera particular, las instituciones educativas católicas podrían promover un diálogo que nunca se separa del "primer anuncio".
Proposición 56: ADMINISTRACIÓN DE LA CREACIÓN
La mayordomía de la creación también sirve evangelización de muchas maneras. Es un testimonio de nuestra fe en la bondad de la creación de Dios. Demuestra un sentido de solidaridad con todos los que dependen para su sustento de vida y de los bienes de la creación. Esto demuestra la solidaridad intergeneracional con los que vienen después de nosotros, y es un testimonio claro de la utilización responsable y equitativa de los bienes de la tierra, nuestro hogar común.


Nota:
Conclusión
Proposición 57: LA TRANSMISIÓN DE LA FE CRISTIANA
"Seréis mis testigos" (Hechos 1:8). Desde el principio, la Iglesia ha entendido su responsabilidad de transmitir la Buena Nueva. La tarea de la nueva evangelización, siguiendo la tradición apostólica, es la transmisión de la fe.El Concilio Vaticano II nos recuerda que esta tarea es un proceso complejo que implica la fe y la vida de todo cristiano.
Esta fe no se puede transmitir en una vida que no es el modelo del Evangelio o de una vida que no encuentra su sentido, de verdad y de futuro basada en el Evangelio.
Por esta razón, la nueva evangelización para la transmisión de la fe cristiana llama a todos los creyentes a renovar su fe y de su encuentro personal con Jesús en la Iglesia, a la profundización de la comprensión de la verdad de la fe y la alegría de compartirlo.

Proposición 58: MARÍA, LA ESTRELLA DE LA NUEVA EVANGELIZACIÓN
El Concilio Vaticano II presentó a María en el contexto del misterio de Cristo y de la Iglesia (cf. Lumen gentium, 52-68). El Papa Pablo VI la declaró la "Estrella de la Evangelización." Es por lo tanto el modelo de la fe, la esperanza y el amor. Ella es la primera ayudante que trae discípulos al Maestro (cf. Jn 2). En el Cenáculo ella es la Madre de los creyentes (cf. Hechos 1:14).
Como Madre del Redentor, María se convierte en un testigo del amor de Dios. Ella libremente cumple la voluntad de Dios. Ella es la mujer fuerte, que junto con Juan, sigue al pie de la Cruz. Ella siempre intercede por nosotros y acompaña a los fieles en su viaje hasta la cruz del Señor.
Como Madre y Reina es un signo de esperanza para los pueblos que sufren y los necesitados. Hoy es el "misionero" que nos va a ayudar en las dificultades de nuestro tiempo y con su cercanía abrir los corazones de los hombres y las mujeres a la fe.
Nos fijamos nuestra mirada en María. Ella nos ayudará a proclamar el mensaje de salvación a todos los hombres y mujeres, para que ellos también puedan convertirse en agentes de evangelización. María es la Madre de la Iglesia. A través de su presencia, que la Iglesia se convierta en un hogar para muchos y Madre de todos los pueblos.


11 Octubre 2012 - 24 Noviembre 2013

El Año de la Fe, proclamado por el Papa Benedicto XVI, comenzará el 11 de octubre de 2012, en el 50 aniversario de la inauguración del Concilio Vaticano II y concluirá el 24 de noviembre de 2013, en la Solemnidad de Cristo Rey del Universo.
Al anunciar el Año de la Fe, el Papa dijo que este tiempo busca "dar un renovado impulso a la misión de toda la Iglesia, para conducir a los hombres lejos del desierto en el cual muy a menudo se encuentran en sus vidas a la amistad con Cristo que nos da su vida plenamente". Benedicto XVI convocó al Año de la Fe con la Carta apostólica Porta fidei del 11 de octubre de 2011.
Recursos sobre el Año de la Fe: