S. E. R. Mons. Juan
José PINEDA FASQUELLE, C.M.F.
Obispo titular de Obori
Obispo auxiliar y Vicario General de Tegucigalpa
(Honduras)
Obispo auxiliar y Vicario General de Tegucigalpa
(Honduras)
Viernes,
12 de octubre de 2012
La parroquia es una entidad vigente
para “la transmisión de la fe cristiana”. Allí se puede llevar a cabo la “Nueva
Evangelización”. Trabajamos para dar vida a las parroquias para crear lugares
de vida cristiana, sostener la fe de sus miembros e iluminar con su testimonio.
La renovación pastoral de nuestras parroquias implica ponerlas en “estado
permanente de misión”, evitando ser sedes burocráticas. Creemos en la
“corresponsabilidad pastoral de los bautizados”, que ponen al servicio de la
comunidad su fe, sus tiempos, talentos y tesoros. Así los programas
parroquiales de pastoral e iniciación cristiana se enriquecen con la
colaboración de todos para una Iglesia más comunitaria: bautizados coherentes
para una parroquia corresponsable, “casa y escuela de comunión”. El compromiso
por la nueva evangelización tiene como finalidad originaria ser misionera,
parroquias menos orientada hacia el interior y más comprometidas con el anuncio
de la fe. Consideremos la comunidad parroquial como puerta de la transmisión de
la fe y de la experiencia eclesial, centro de irradiación y de testimonio de
vida cristiana, lugar de búsqueda de la verdad, de reforzamiento de la fe, de
comunicación del mensaje, comunidad donde se vive la alegría del Espíritu y
sede misionera. Presbíteros y laicos integrados en la animación misionera.
¡Gran riqueza son los laicos comprometidos en la comunidad parroquia! Esta
vocación laical es uno de los frutos más valioso del Concilio Vaticano II.
Ellos dan un fuerte impulso a la nueva evangelización y a la transmisión de la
fe. Aparecida nos indica así: renovación parroquial, conversión pastoral,
estado permanente de misión. Ser Iglesia así evita sectarismos. La parroquia es
“Iglesia doméstica” presente en la vida cotidiana, anunciando el mensaje vivificador
del Evangelio. Nueva evangelización significa rehacer el tejido cristiano de la
sociedad humana, ayudando a la Iglesia a seguir estando presente entre las
casas de sus hijos (Cfr. J P II, Ch. L. 26). Nacimos como Iglesia integrada en
la animación misionera de las comunidades. Se realiza la integración de los
Movimientos, pero no falta la lectura eclesiológica o su integración
“imperfecta”, al margen o fuera del plan parroquial de pastoral.
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